¡Hola a todas!
Antes de comenzar con la reseña de hoy, me gustaría daros las gracias por vuestro feedback a lo largo de esta semana. No imagináis la felicidad que se siente cuando, después de tanto tiempo, vuelves a encontrar la motivación y las ganas de seguir adelante con aquello que tanto te gusta.
No es fácil retomar viejas costumbres que no sólo tú has olvidado, sino prácticamente toda una generación de internautas. La lectura de blogs no es un valor al alza, pero, a veces, hay algo dentro de ti que te pide desviarte del camino más rápido y cómodo para apostar por lo que crees.
Por este motivo, hoy me parece el día perfecto para hablar con vosotras de “El médico”, una novela histórica, pero ante todo de superación continua.
Sabía de la existencia de este libro desde hace muchísimos años (¿quién no?), por lo que no se trataba de algo desconocido, sino, más bien, uno de esos títulos que sabes que deberías leer porque es poco más que “obligatorio”. Un clásico contemporáneo.
Y como suele pasar, nunca encuentras ese momento de abrirlo por la primera página y abandonarte a los designios del autor. Siempre se cruza en tu camino una novedad más acuciante o algo más atractivo que una historia publicada hace más de 3 décadas.
El año pasado, mientras esperaba a una amiga, pasé a una librería a hacer tiempo y salí de allí con dos libros: “Sapiens” de Yuval Noah Harari, y éste que hoy nos ocupa. El primero lo devoré casi de inmediato (debería dedicarle un post) y, de nuevo,“El médico” tuvo que seguir esperando.
Al menos, esta vez, sólo tendría que alargar el brazo para empezar. Por fin habíamos salvado una gran distancia. :)
FICHA TÉCNICA
Número de páginas: 800
Género: Narrativa histórica
Formato: Tapa blanda
Editor: Rocabolsillo
Idioma: Castellano
Año de edición: 2008
Traducción: Iris Menéndez
*Dónde comprar: Aquí en tapa dura, blanda y formato Kindle.
“La extraordinaria odisea de un joven médico en el siglo XI.
Ésta es la historia de una pasión. Ésta es la crónica del increíble viaje del joven Rob Cole, de su lucha contra la enfermedad y la muerte, de su don místico para curar. Su sueño de convertirse en médico lo conduce desde la Inglaterra dominada por la brutalidad y la ignorancia hasta la sensual turbulencia de la remota Persia. Allí, en las universidades árabes, bajo la tutela del legendario maestro Avicena, ocurrirá la transformación que marcará su destino y el de su familia para siempre.”
Tras terminar “La villa de las telas” (reseña aquí), me apetecía enfrascarme en una novela histórica con todas las letras. Di varias vueltas por la estantería buscando aquí y allá y he de reconocer que “El médico” no era una de las opciones que barajaba. Pero, de algún modo, ese condenado libro de lomos amarillos no paraba de cruzarse en mi camino.
“Mira, toca quitárselo de encima de una vez”. Como si dejar pasar de nuevo la oportunidad nos fuera a condenar a no conocernos jamás.
Y aquí es cuando me sincero con vosotras: de él sólo conocía su título y el nombre de su autor. De algún modo, mi mente se ha blindado ante los spoilers y, si en algún momento supe de qué trataba realmente, lo olvidé. Llamémosle “mente anti-spoilers” o ignorancia, ya sabéis, pero estaba convencida de que la época en la que se situaba no me haría retroceder nada menos que 1000 años.
He tardado alrededor de 10 días en terminarlo. Dada su extensión (800 páginas) parece un tiempo razonable, pero lo cierto es que el comienzo no fue fácil. No llegó a atragantarse, pero, desubicada, me costó acostumbrarme a la vida del pequeño Rob y a los tiempos de Noah Gordon.
Sentía cierto pesar por avanzar tan despacio, pero las letras se escurrían ante mis ojos y no conseguía entregarme al 100% a la lectura.
“Quizá no sea su momento”, pensé, barajando en secreto (¿también os ocultáis cosas a vosotras mismas?) la posibilidad de abandonarlo. Pero seguí. De algún modo, le había cogido cariño a ese niño inglés y no podría perdonarme que unos ojos más le dieran la espalda. Tenía que recorrer su camino hasta el final.
De las 7 partes que componen la novela, las dos primeras me resultaron relativamente pesadas y, a día de hoy, no acierto a determinar el motivo. La fluidez narrativa jugaba a mi favor y el interés por el curso de los acontecimientos iba en aumento, así que, quizá, se tratara de impaciencia. La que supo tener el joven Cole ante la más absoluta adversidad me faltaba a mí en el sillón de mi casa, y esto me hizo reflexionar.
Tenía ante mí un buen libro que había conmocionado a millones de personas y que a mí, personalmente, también me estaba gustando, ¿por qué no era capaz de disfrutarlo? Estoy segura que a mi yo de 20 años le hubiera entusiasmado, pero el de ahora no sólo había perdido avidez en la lectura, sino que se había entregado por completo a lo fácil e instantáneo. Dos palabras que podrían figurar como perfectos antónimos de “El médico”.
Una vez terminado el libro y, sobre todo, reposado, he sido consciente de que cuenta una historia increíble de una forma en la que ya no estamos acostumbrados a vivirla a través de las páginas. El ritmo no es frenético y un viaje hasta los confines del mundo en pleno s XI es eso: un largo viaje.
Superada esa etapa inicial en la que el libro y yo fuimos conociéndonos, la lectura fluyó. Pausada, pero decidida.
LO QUE MÁS ME HA GUSTADO:
- Sin duda alguna, el protagonista. Me emociono pensando en él y en su vida, y en todo lo que puede enseñarnos fuera de la categoría de best-seller de autoayuda o libro inspiracional. Es un niño abrumado por lo desconocido, un muchacho tenaz, obstinado, curioso y, ante todo, un soñador. Pero no un soñador cualquiera, sino alguien que es capaz de sacrificarlo absolutamente todo por lograr aquello para lo que siente que ha nacido: buscar respuestas.
- La contextualización histórica. A diferencia de “La villa de las telas”, aquí tenemos una novela histórica de verdad, que no se conforma con establecer una fecha y un lugar, sino que envuelve al libro con una atmósfera tan real que no te resulta difícil imaginar cómo podía ser la vida en el s XI tanto en Europa, como en Asia.
- Los detalles. Lo que en un principio se me hizo lento, terminó transformándose en otra cosa. Me di cuenta de que el autor había preferido no sacrificar los detalles en pos de la espectacularidad o de una trama llena de sorpresas. No hay grandes misterios por resolver, sino toda una vida por vivir.
LO QUE MENOS ME HA GUSTADO:
- En un principio el ritmo. No lo esperaba tan “pausado”. Sin embargo, una vez terminado, me di cuenta de la cantidad de cosas que han ocurrido en apenas 800 páginas, por lo que deduzco que el problema estaba en lo que yo esperaba y a lo que me he acostumbrado en los últimos años.
- Aunque es una parte imprescindible para dotar de realismo a una novela de este calibre, algunos pasajes se me hicieron realmente duros y, en ocasiones, desagradables. Hubiera preferido que el nivel de detalle se relajara al dejar constancia de ellos.
VALORACIÓN 4,5/5
Un libro escrito con mimo y sumo cuidado que, más que una novela, parece un perfecto trabajo de documentación de una biografía de la que sentirse profundamente orgulloso. El autor aclara en los agradecimientos que los únicos personajes tomados de la vida real son Ibn Sina y al-Juzjani. También recuerda lo difícil que resulta documentar lo acontecido hace 1000 años y advierte al lector de que donde los registros históricos no llegaban, sí lo había hecho su pluma.
Sus páginas reflejan el sacrificio y trabajo que cuesta no sólo conseguir tus metas, sino enfrentarte a ellas y a la sociedad. Llegar a ser consciente de quién eres, qué quieres y dónde estás. Conocerte.
Y también conocer a los demás, algo sumamente difícil en un mundo en el que las tres grandes religiones nos hacían diferentes de quien no siguiera nuestro credo e iguales a quien sí lo profesaran.
Nuestro protagonista fue un intrépido, en más de una ocasión un auténtico loco. Alguien que traspasó todos los límites en ese duro viaje al interior de uno mismo buscando respuestas.
Rob J. Cole no existió, pero gracias a personas como él hoy vivimos en un mundo menos oscuro aunque a veces no lo parezca.
“No estoy hablando de la palabra de Dios, sino de la interpretación que hace el hombre de la palabra de Dios. Eso es lo que ha mantenido al mundo en la ignorancia y la oscuridad a lo largo de mil años”
CURIOSIDADES SOBRE EL LIBRO Y EL ESCRITOR:
- En agosto de este año, este libro celebrará su 34º cumpleaños. Somos quintos. :)
- Ha vendido más de 10 millones de ejemplares en todo el mundo.
- Es el primer libro de una trilogía seguida por “El chamán” y que termina con “La doctora Cole”.
- Noah Gordon fue conductor de ambulancias y periodista especializado en el ámbito sanitario, además de taxista y vendedor de sombreros y zapatos. Para documentarse, también asistió a varias conferencias médicas y trabajó como voluntario en quirófano.
- En 2013 se estrenó la película basada en el libro dirigida por Philipp Sthölzl. En 2018 aterrizó en Madrid el musical homónimo.
- La trama surgió para contestar a una pregunta que se hacía el propio escritor: ¿qué pasaría si un diligente estudiante cristiano del oeste viajara a Oriente Medio (…) para adquirir los mejores conocimientos en medicina del momento?
- En más de una ocasión he leído que “El sanador de caballos” de Gonzalo Giner es “El médico español”. He leído ambos y no estoy de acuerdo. Es probable que el hilo conductor sea similar, pero ni el modo de desarrollarlo, ni la profundidad de las dos historias se asemejan. Quizá la forma, pero no el fondo.
- “Nadie es profeta en su tierra” y Noah Gordon no iba a ser la excepción. Como autor, es más leído y apreciado en Europa que en su país natal, EEUU.
- Es un escritor meticuloso, sobre todo a la hora de documentar hechos y contextos históricos. Procura evitar los errores y, en caso de haberlos cometido, corregirlos aunque el libro ya se haya puesto a la venta. Esto último le ocurrió en una ocasión, justamente con un libro ambientado en España. Confundió la fecha de recogida de aceituna en nuestro país con la de Nueva Inglaterra. :P
De momento, no tengo planeado continuar con la trilogía, pero no descarto hacerlo en un futuro (no muy próximo).
Espero que os haya gustado el post y que nos contéis si lo habéis leído y, por supuesto, qué os ha parecido. Y si queréis compartir vuestra lectura actual, ¡estupendo!
Feliz domingo a todas, nos leemos muy pronto. <3
*Los links con (*) son afiliados. Gracias por usarlos. :)
Fijate que yo tampoco conocía más el título, pero la vena sanitaria me tira y se que lo terminaré leyendo, saludos!
Es un libro que no puede faltar leer una primera vez, y volver a hacerlo al cabo de un tiempo. Un abrazo cariñoso. Xxx
lo leí hace bastante y creo recordar que se me hizo un poco pesado. igual lo leo en otro momento de mi vida y lo veo de otra manera, nunca se sabe.
Mi comentario es sólo para recomendarte un par de libros, ya que ayer estuve en la librería, porque tenía ansia de una nueva historia, aunque estoy leyéndome la trilogía del Baztan, pero me gusta tener varios empezados, pues leo uno u otro según como tengo el día. Lo que descubrí en la librería es que Joel Dicker había sacado un nuevo ejemplar El enigma de la habitación 622, ya devoré La verdad sobre Caso Harry Quebert con el mismo ansia que tú porque verdaderamente me pareció imposible dejarlo ir, y quizá esta nueva aventura sea tan interesante cómo la anterior, el librero al menos me comentó que parecía estar bastante trabajado. El otro relato, que es el que tengo ahora entre mis manos es El destino de los heroes, de Chufo Llorens, aunque he leído apenas 100 páginas de sus más de 800 tiene bastante buena pinta, y según leí a cerca de este autor tiene muy buenas novelas históricas y espero que esta ambientad en Paris, Madrid y la guerra del Rif con Marruecos también lo sea.
Buena lectura y gracias por compartir tus pasiones con nosotras.
Un saludo.
Muchas gracias por tus recomendaciones. Cuando tenga ocasión leeré alguno más de Joël Dicker, pero no estoy segura todavía de cuál, jiji.
Un besote. <3
Es un libro que me ha acompañado desde que en mi adolescencia me lo recomendara la librera de mi barrio. No puedo contar las veces que lo he releído y me ha seguido pareciendo fascinante. Me he sentido completamente identificada con tu descripción acerca de “mi yo de los 20 años”, es un libro para disfrutar sin prisas de todas sus páginas. Un besazo y gracias por la maravillosa reseña de este clásico.
Gracias a ti por pasarte. :)
Creo que lo releeré, pero no en un futuro próximo. Dejaré pasar unos años a ver qué tal. Espero que no nos pille otra “plaga” para entonces.
Un besote.