Hola a todos y a todas.

Mi nombre es Carmen y hoy en lugar de escribir en mi web, Marikowskaya y yo hemos decidido intercambiar nuestros blogs, adueñándome así (sólo por hoy) de este espacio en el que os enseñaré algunas recetas navideñas y os daré un par de consejos de decoración de cara a esta época que en breve dará comienzo.Pero si sois fieles a Mariko y lo único que os interesa es el universo beauty, corred a mi blog www.bagelstravels.com, donde encontraréis dos espectaculares looks navideños al más puro estilo Marikowskaya.

Confieso que cuando Mariko me propuso esta colaboración no me lo pensé dos veces y accedí sin más, pero también es cierto que pasados unos días empecé a tener mis dudas. No es lo mismo escribir en tu propio espacio donde las personas que te leen son, en su mayor parte, amigos y conocidos que hacerlo en un blog ajeno con una afluencia de visitas más que considerable.De cualquier modo, aquí estoy con esta entrada que he elaborado con mucho cariño. Espero estar a la altura de las circunstancias y que, si no os animáis a llevar a cabo ninguna de las opciones que os propongo, al menos disfrutéis con lo que viene a continuación. ¡Allá vamos!

En cuanto a decoración, he elegido un adorno colgante y un centro de mesa comestible. Sí sí, comestible.
Ambas opciones son fáciles y de materiales sencillos, aunque he de reconocer que el adorno para el árbol es algo más entretenido y laborioso.

OPCIÓN 1

Materiales: papel – cinta de carrocero o cualquier otra cinta adhesiva que sea porosa – cola blanca – palos, ramas, hojas o cualquier otro elemento seco para pegar a nuestro adorno – cordón.

Elaboración:

1. Hacemos una bola de papel (lo más redonda posible) del tamaño que consideremos apropiado para nuestro árbol según las dimensiones de este.

2. Aseguramos la consistencia de la bola de papel forrándola con la cinta de carrocero.

3. Añadimos cola blanca y vamos pegando alrededor los elementos secos que hayamos seleccionado. No es necesario que quede perfecto, basta con cubrir todo y no dejar espacios de papel a la vista.

4. Una vez cubierta nuestra bola, dejamos secar durante varias horas.

5. Utilizamos cuerda o cordón del color que más nos guste para elaborar el elemento que nos permitirá colgar nuestro adorno.

6. Opcional: si el resultado os parece demasiado simple, podéis seguir añadiendo algún elemento más. En mi caso he optado por pegar una pequeña piña y unas ramitas secas de un jarrón que tengo en casa.

¡Y listo! Ya tenemos nuestro adorno para el árbol.

Si os parece, podéis hacer varios y decorar por completo vuestro abeto con este método. Pero si por el contrario, os resulta un trabajo demasiado tedioso, basta con realizar un único adorno y colgarlo en el pomo de una puerta, en el tirador de un cajón o de la esquina de algún cuadro o estantería.

OPCIÓN 2

Materiales: centro de mesa, fuente redonda o pie para tartas –  manzanas rojas – sirope de ágave, sirope de arce o miel – coco rallado – cinta de lino (opcional).

Elaboración: esta opción es la más sencilla de todas. Tan sólo hace falta pintar la parte superior de nuestras manzanas con el sirope o la miel y añadir el coco rallado por encima. De este modo, el coco quedará adherido a las manzanas y podremos obtener un centro de frutas nevado.

En mi caso, también he incorporado tela de lino al conjunto, pero podéis utilizar cualquier otra cinta como seda o raso o, simplemente, prescindir de ese paso.

Y hasta aquí mis dos consejos de decoración. Espero que os hayan gustado y que os inspiren a la hora de crear vuestros propios adornos navideños.

Pero la cosa no acaba aquí. ¿Qué sería de la Navidad sin la comida? Las recetas navideñas que se preparan sólo en esta época del año para disfrute de toda la familia, las bebidas calientes, el olor a canela… creo que esta es la parte que más disfruto de la Navidad. Por ello, he querido recrear dos recetas invernales y navideñas que estoy segura que os van a encantar. Se trata de unos deliciosos rollos de canela y de una bebida caliente a base de café y de un exquisito sirope.

Pero antes de entrar en materia, os voy a contar la historia de estas recetas y el motivo por el que las he elegido para hacer mi incursión en el blog de Marikowskaya.Para los que me conozcáis y hayáis pasado por mi blog en alguna ocasión, sabéis que soy una enamorada de Nueva York. Adoro esta ciudad por encima de cualquier cosa.Pues bien, descubrí los rollos de canela hace tres años, en el que fue mi primer viaje a Estados Unidos. Los “morning buns”, como se llamaban en el establecimiento donde los compraba, eran mi desayuno diario durante el tiempo que permanecí en la ciudad y me prometí buscar y encontrar la receta para no privarme de este manjar una vez estuviera de vuelta en casa.

Di con muchas recetas, recreé alguna y siempre que iba a Starbucks, me pedía un rollo de canela para ver si se parecía en algo a los que comía en mi viaje. Nunca hubo suerte.Pero hace poco, después de mucho buscar, encontré por fin “el truco del almendruco” y conseguí exactamente lo que buscaba. Hice los rollos de canela y cuando pude ver el resultado, además de encontrarme al borde de las lágrimas, dije, “esto va para el blog de Mariko”.

Por otro lado, la bebida que os voy a ayudar a recrear no fue elección mía sino que fue una sugerencia (por llamarla de forma sutil ;-) ) de Marikowskaya, que me escribió un domingo para decirme, “Carmen, he estado en Starbucks y he probado el Gingerbread Latte. Busca la receta, hazla e inclúyela en el post”. ¡Oído cocina!Así que aquí están mis dos propuestas. Aunque ambas recetas son fáciles de hacer, los rollos de canela requieren bastante tiempo pero os puedo asegurar que merece mucho la pena invertir unas horas en su elaboración. ¡Empezamos!

ROLLOS DE CANELA

Ingredientes para la masa: 1 vaso de leche tibia – 1/2 vaso de azúcar – 30 gramos de levadura fresca – 1/3 de vaso de mantequilla derretida – 2 huevos a temperatura ambiente – 1 cucharadita de sal – 1 cucharadita de vainilla – 700 gramos aprox. de harina de trigo.

Ingredientes para el relleno: 25 gramos de mantequilla – 1 vaso de azúcar moreno – 3 cucharadas de canela – 1 cucharadita de nuez moscada – nata líquida de repostería (opcional).

Elaboración:

1. Comenzamos poniendo en un recipiente el vaso de leche tibia, la levadura y el medio vaso de azúcar. Removemos y dejamos reposar 10-15 minutos para que la levadura se active.

2. Usamos un bol grande y vertemos la mezcla anterior.

3. Incorporamos a dicha mezcla la mantequilla derretida, los huevos, la sal, la vainilla y dos vasos de harina (el resto de la harina la usaremos más tarde). Mezclamos hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.

4. Llegados a este punto, debemos ir añadiendo harina poco a poco y amasando hasta que nuestra masa consiga separarse de las paredes del recipiente. La cantidad de harina requerida puede variar dependiendo de la humedad del ambiente.

5. Cuando consigamos que la masa deje de pegarse, la dejaremos reposar en el bol, que habremos tapado con papel film, durante 1 hora y media para que la masa doble su tamaño. Durante este tiempo, el bol debe estar en un lugar alejado de corriente de aire.

6. Pasado este tiempo, distribuimos una cucharada de harina sobre una superficie limpia y, sobre ella, extendemos la masa de forma rectangular.

7. Engrasamos la masa extendida con mantequilla y distribuimos por encima una capa generosa de la mezcla que habremos realizado previamente con el azúcar moreno, la canela y la nuez moscada. Es importante que no quede ningún espacio por cubrir.

8. Hecho esto, procederemos a enrollar la masa sin hacer presión y hasta que nos quede un enorme rulo. A continuación, vamos cortando porciones de unos 3 centímetros aproximadamente. Para esto me ayudé de un trozo de hilo. Puedes pasar el hilo por debajo del rulo y cruzarlo en la parte de arriba, haciendo un corte seco sin deformar la masa. En caso de usar cuchillo y que este aplaste la masa, tan sólo habrá que darle forma redondeada de nuevo cuando depositemos nuestros rollos en la fuente de horno en la que se cocinarán más tarde.

9. Engrasamos una fuente y vamos colocando uno a uno los rollos de canela ya cortados. Es importante que haya separación entre ellos. Cubrimos la bandeja con papel film y dejamos reposar nuevamente durante una hora para que el tamaño de los rollos aumente de nuevo.

10. Precalentamos el horno a 180º y horneamos los rollos a esa temperatura durante 10 minutos.

11. A los 10 minutos, cuando nuestros rollos de canela aún estén a medio cocinar, añadimos por encima de cada rollo una cucharada de nata líquida de repostería. Este paso es opcional pero dará una increíble textura y jugosidad a la masa.

12. Cocinamos durante 10 minutos más o hasta que veamos que están bien cocidos y la superficie dorada.

¡Y listo! Ya tenemos hechos nuestros deliciosos rollos de canela. Y además, no tenéis que esperar a que se enfríen porque se pueden comer recién hechos.

Por último y para acompañar a los rollos de canela, vamos a hacer un café especial, inspirado en una de las recetas navideñas que Starbucks lanza cada año. Así, no tendremos la necesidad de esperar un año entero para volver a tomarla una vez la retiren de sus cafeterías, sino que podremos recrearla en casa siempre que queramos.

Para esta bebida haremos una cantidad considerable de sirope, que es lo que aporta el toque especial. De esta forma, lo que nos sobre lo podremos conservar el la nevera durante 3-5 días. ¡Manos a la obra!

GINGERBREAD LATTE

Ingredientes: 1 vaso de agua – 1 vaso de azúcar – 1 trozo pequeño de jengibre fresco – 1 cucharadita de vainilla – 1 cucharadita de canela – 1 cucharadita de nuez moscada – café espresso – leche – nata montada (opcional).

Elaboración:

1. Pelamos el jengibre y cortamos unas 6-8 láminas finas.

2. Ponemos un cazo al fuego y añadimos el jengibre, el agua, el azúcar, la vainilla, la canela y la nuez moscada. Llevamos a ebullición y dejamos que hierva durante unos minutos.

3. Apartamos del fuego y, mientras nuestro sirope reposa, preparamos un tradicional café con leche (sin azúcar ni edulcorante).

4. Colamos el sirope para deshacernos de los trozos de jengibre y añadimos 2 ó 3 cucharadas a nuestro café.

5. Como paso opcional podemos usar nata montada y espolvorear cacao o canela.

El resto de nuestra mezcla, la conservaremos en el frigorífico y durante unos días podremos recurrir a ella siempre que nos apetezca tomar un café.

Y hasta aquí mi post navideño. Espero que os haya gustado y que hayáis disfrutado leyéndolo tanto como yo elaborándolo.

Si os apetece, podéis seguirme en mis redes sociales como @bagelstravels o pasar por el blog, www.bagelstravels.com, para seguir descubriendo recetas e ideas de decoración para esta Navidad. Seréis siempre bienvenidas/os.

Y por último y no menos importante, agradecer a mi amiga Marikowskaya la confianza depositada en mí para hacer esta aparición en su blog.

¡Feliz Navidad!

Carmen.