#michireceta: Cupcakes de zanahoria ~ Especial Halloween :[

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¡Buenos días!

El pasado fin de semana preparé unos cupcakes “piloto” de zanahoria para poder celebrar con todos vosotros hoy la noche de Halloween :) Y, de paso, para que mis catadores oficiales dieran el visto bueno a la receta y volver a encender el horno esta noche en vistas a la comida familiar de mañana.

Si queréis saber cómo cocinar un postre esponjoso y delicioso, quedaos un ratito aquí conmigo y veréis lo fácil que es. Os adelanto que, hasta la fecha, son los favoritos de mi chico. Es tan exigente y delicado con los dulces que se convierte en un dato a tener en cuenta, ¡creédme! ;)

This is Halloween!

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#michireceta: Muffins de chocolate

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Hace meses me propuse compartir en Instagram una receta a la semana. Lo llevé a cabo durante muchas semanas, pero el calor del verano consiguió que encender el horno se convirtiera en un suplicio más que en una diversión. Además, cualquier magdalena/muffin/cupcake más o menos elaborado que cocines tiene una vida muy corta con las altas temperaturas. Imaginad por un segundo qué aspecto puede llegar a tener el frostring de queso a la intemperie con 35ºC.

Aprovechando que ya ha llegado el otoño (o eso nos han contado) y que el blog me resulta mucho más cómodo para escribir, las #michirecetas vuelven para trasladarse y, a menos que se trate de algo sumamente sencillo, abandonan Instagram. Espero que a nadie le moleste y que, por el contrario, las explicaciones más detalladas os sirvan de mayor ayuda. De todas formas, podéis buscar el hashtag #michireceta para ver las antiguas y coger ideas si os apetece :)

Hoy le ha tocado el turno a uno de los primeros postres que hice cuando abrí las fronteras de la cocina “típica” y comencé a investigar sobre esos nuevos invasores: los muffins y los cupcakes. Y no, ¡no son magdalenas!

¿Un bocadito? ;)~~~

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Gato de Cheshire a punto de cruz <3

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Una de mis mayores aficiones es la costura. Se remonta hasta mi más tierna infancia y lo primero que hice fue un patito en petit point con 7 años. Después vinieron cuadros más grandes y ambiciosos del mismo tipo, pero también se hicieron un hueco importante en mis labores el punto de cruz y la calceta. Es raro el año en el que no pruebo las novedades en hilo y lana para abrigarme del frío invernal que tan poco me gusta :)

Pero lo que más me llena de este tipo de manualidades es regalarlas. Se siente algo especial e inexplicable en todo el proceso de elaboración: mientras buscas el patrón que tienes en mente o diseñas tú mismo lo que quieres llevar a cabo, cuando eliges el tipo de hilo/lana y los colores y, sobre todo, cuando la mente se queda en blanco y sólo se centra en contar puntos. El momento en el que entregas el paquete esperas con más expectación que nunca que lo que hay dentro ilusione a la persona que tienes frente a ti: no es lo mismo que no le guste un quad de sombras de MAC que una labor hecha con tus manos.

En el caso de este gato de Cheshire aposté sobre seguro. A mi amiga Tera le encanta ‘Alicia en el País de las Maravillas’ y, sobre todo, este risueño felino. Además, es una fanática de Disney como yo. También jugaba con la ventaja de haber hecho este cuadro antes para otra chica (un beso a Alicia, una gallega preciosa y con mucha mano en la cocina) y conocía la reacción de Tera al ver las fotos.

¿Seguimos juntos al conejo blanco? 

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Gato de Cheshire a punto de cruz

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Una de mis mayores aficiones es la costura. Se remonta hasta mi más tierna infancia y lo primero que hice fue un patito en petit point con 7 años. Después vinieron cuadros más grandes y ambiciosos del mismo tipo, pero también se hicieron un hueco importante en mis labores el punto de cruz y la calceta. Es raro el año en el que no pruebo las novedades en hilo y lana para abrigarme del frío invernal que tan poco me gusta :)

Pero lo que más me llena de este tipo de manualidades es regalarlas. Se siente algo especial e inexplicable en todo el proceso de elaboración: mientras buscas el patrón que tienes en mente o diseñas tú mismo lo que quieres llevar a cabo, cuando eliges el tipo de hilo/lana y los colores y, sobre todo, cuando la mente se queda en blanco y sólo se centra en contar puntos. El momento en el que entregas el paquete esperas con más expectación que nunca que lo que hay dentro ilusione a la persona que tienes frente a ti: no es lo mismo que no le guste un quad de sombras de MAC que una labor hecha con tus manos.

En el caso de este gato de Cheshire aposté sobre seguro. A mi amiga Tera le encanta ‘Alicia en el País de las Maravillas’ y, sobre todo, este risueño felino. Además, es una fanática de Disney como yo. También jugaba con la ventaja de haber hecho este cuadro antes para otra chica (un beso a Alicia, una gallega preciosa y con mucha mano en la cocina) y conocía la reacción de Tera al ver las fotos.

¿Seguimos juntos al conejo blanco? 

gatocheshire