¡Buenos días!

Seguramente este post os hubiese interesado más cuando dio comienzo el verano, pero es justo ahora cuando os puedo hablar a fondo de los productos de la línea solar de Rituals. Y, además, creo que es importante tener presente durante todo el año que la protección solar es la base para tener una piel sana, no sólo bonita.

Hoy vamos a revisar tres cosas de la misma marca pero que, al mismo tiempo, son bastante diferentes en formato, textura y uso.

Si os quedáis un ratito más por aquí, ¡os lo cuento todo!

Como os decía, considero que la protección solar es primordial para nuestra salud. Aunque hoy en día estamos mucho más concienciados con este tema, aún nos queda un largo camino por recorrer hasta que logremos interiorizarlo de verdad.

Hace relativamente poco os he enseñado estos dos protectores en Instagram (también en Snapchat) y algunas de vosotras me habéis dicho que los tendríais en cuenta para el año que viene. Y yo me pregunto, ¿por qué el año que viene?

En el caso corporal lo entiendo. Las capas de ropa son más que suficientes para proteger nuestro cuerpo de la exposición solar, pero sobre nuestra cara sigue incidiendo del mismo modo que en verano. Que el sol caliente menos no quiere decir que sus rayos se conviertan en inofensivos, ¡al contrario! Pueden convertirse en mucho más nocivos precisamente por nuestro descuido: como no sentimos calor y no vamos a la piscina/playa/terraza, no nos ponemos filtro solar y salimos a la calle completamente “desnudos”.

Cuando somos jóvenes parece que podemos permitirnos excesos de todo tipo sin que estos pasen factura, pero se trata de un espejismo. Lo que hemos dejado de hacer (o lo que hemos hecho extralimitándonos), se hará visible en algún momento. Y probablemente antes de lo esperado. Por eso muchas personas parecen más mayores que otras teniendo la misma edad y, por eso mismo, las temidas manchas comienzan a brotar “por sorpresa”.

Es realmente absurdo que gastemos dinero en sérums, cremas hidratantes, contornos de ojos, etc., si estamos fallando en la base. A parte de otros muchos factores determinantes (predisposición genética, ritmo de vida, contaminación ambiental o alimentación), tiene que quedarnos claro de una vez por todas que tomar el sol sin protección quema nuestra piel y la hace envejecer, incluso enfermar.

Yo tengo claro que el protector solar facial no va a faltarme ni en otoño, ni en invierno. Espero que a vosotras tampoco ;)

Ahora sí, ¡vamos allá!

RITUALS SUN CARE

A pesar de ser consciente de la existencia de esta marca desde hace años, la he empezado a conocer a fondo en los dos últimos, éste sobre todo. Soy fan de sus geles de baño, me fascinan sus mantecas corporales y recientemente me he dejado seducir por sus exfoliantes.

Hace unos meses hubo un descuento del 20% en su web y, cómo no, me lancé en picado para aprovechar y hacer algunas compras que había ido postergando. Entonces me llamó la atención la línea solar, con ese diseño sencillo y bonito que caracteriza a Rituals vestido de color mint. ¿Cómo iba a resistirme?

Probé suerte con el facial y sólo me hicieron falta un par de usos para convencerme por completo. Por eso os he hablado ya de él en varias ocasiones en mis redes sociales y no quería dejar de plasmarlo en el blog. También he tenido la oportunidad de utilizar el spray corporal y su after-sun. ¿Me habrán gustado tanto?

50 Sun Protection Face Cream

Desde siempre tengo que tener muchísimo cuidado eligiendo protector solar para la cara porque mi piel reacciona con casi todos. Ya no sólo toca lidiar con texturas demasiado pastosas que dejen la cara blanca o salgan virutitas al extenderla, sino que, a la mínima, tengo un brote de mini granitos blancos avisándome de que algo que no va bien.

Con éste no he tenido ni uno solo de esos problemas. Es una crema blanca de densidad “normal” que se aplica sin dificultad, no deja un halo blanco y se absorbe bien, sin quedarse a parches en la superficie.

Mi piel es normal-mixta y no me aporta nada de grasa. La he estado usando a diario como “filtro urbano” encima de mi crema de día habitual y como hidratante propiamente dicha cuando ésta se ha acabado, porque es algo más que un “simple” protector solar.

Entre sus ingredientes se encuentra el Ginkgo Biloba, un árbol único en el mundo. Yo no lo conocía hasta que me topé con este producto, pero he estado investigando sobre él por mera curiosidad y para informaros a vosotras, ¡claro!

Es un árbol chino, comúnmente conocido como “albaricoque plateado”, el cual representa la dualidad del mundo: blanco y negro, mujer y hombre, sol y luna… Darwin lo llamó “fósil viviente” porque está considerado la especie superior viva más antigua del planeta. Interesante, ¿verdad?

Como último dato curioso antes de entrar en materia os cuento que para los japoneses se convirtió en un símbolo de renacimiento digno de veneración. Después del lanzamiento de la bomba en Hiroshima, un Ginkgo derribado y seco comenzó a brotar de nuevo, mientras que un templo construido justo en frente quedó totalmente destruido. Lo llaman “portador de esperanza”.

Puede llegar a vivir mil años y desde hace siglos se ha usado en la medicina tradicional china por sus propiedades terapeúticas.

– Aumenta la circulación sanguínea central y periférica, haciendo más eficiente la irrigación de los tejidos.

– Reduce la tendencia a aglutinarse de las plaquetas, disminuyendo el riesgo de trombosis.

– Neutraliza los radicales libres, principales responsables del envejecimiento.

Al margen de estas anécdotas tan “rimbombantes”, yo sólo os puedo decir que estoy encantada con este producto. A día de hoy es mi protector solar facial favorito y pienso mantenerlo durante todo el año (recordad, también, que tras 12 meses abierto pierde la eficacia) en mi rutina de mañana, aunque con otra crema hidratante diferente debajo.

En mi caso no me genera brillos y puedo maquillarme después sin que interfiera en el resultado final. El olor es buenísimo, en la línea de la firma, y no huele a “playa” (nada de coco, mango, etc.). También está disponible con factor 30.

Otra cosa a destacar es su precio: 15€. En mi opinión, buenísimo teniendo en cuenta calidad y packaging.

30 Sun Protection Milky Spray (*)

Me gustan más los formatos tubo que los sprays, pero reconozco que éste es muy cómodo y que no es tan líquido como otros que he probado antes. Es una crema fluida, no una bruma. Esto me parece un aspecto positivo, porque no sólo hay que tener en cuenta el SPF para sentirnos protegidas, sino también la cantidad de producto para que realmente sea efectivo. Una capa finísima no sirve prácticamente de nada por mucho SPF50+ que rece en su envase, tenedlo en cuenta :)

Éste lo he utilizado junto a los de Australian Gold (todo un descubrimiento este verano) y me ha gustado mucho. No acelera el bronceado, pero cumple su función perfectamente y ha sido el único fotoprotector que mi novio ha consentido utilizar durante nuestras vacaciones. Le incomodan muchísimo las cremas, se queja porque todas le parecen pegajosas y gracias a este spray POR FIN he conseguido ir a la playa con mi chico sin discutir durante media hora.

Huele muy bien, aunque tiene una fragancia más “neutra” que la facial, y cunde bastante. Aún no lo he terminado (pero le falta poco) y ya os digo que lo hemos utilizado dos personas durante todo un verano. Bien es cierto que no exclusivamente por mi parte y que por la de él sólo puntualmente.

Cuesta 18€ y me parece muy recomendable. El único aspecto negativo que le encuentro es que no existe el factor 50, sólo 30 y 20.

Aftersun Hytrading Lotion (*)

Ay after-sun, ¡cuántos disgustos me has dado a lo largo de los años! Siempre he tenido MUY mal ojo para elegirlos, salvo el emblemático Ecran, todos los demás que he comprado me han parecido nefastos.

Aunque éste no ha marcado un antes y un después en mi vida, ha estado a la altura de las circunstancias y me ha causado muy buena impresión. Su textura es muy fluida, fácil y rápida de extender, y se absorbe enseguida. Sin duda, uno de sus puntos fuertes es su riquísimo olor a sorbete de limón, para mí casi-casi adictivo.

Su segundo ingrediente es el aloe vera. Refresca bastante y alivia, aunque no hidrata suficiente. Yo no tengo la piel del cuerpo especialmente seca (salvo las piernas al final del verano) y tenía que aplicar una crema despues para sentirla realmente cómoda y elástica. Para mí no resulta un inconveniente (no me da nada de pereza), pero no lo considero un 2 en 1. Que, por otro lado, no tiene por qué serlo, ya que un after-sun no es una loción hidratante per se. Pero ya que lo indica en el envase, he creído conveniente trasladaros mi impresión ;)

Su precio es 13€ y lo considero ajustado.

Espero que os haya gustado este post y que me contéis qué os ha parecido en comentarios.

¿Pensáis seguir protegiéndoos del sol durante el otoño y el invierno?
¿Conocíais la línea Sun Care?
¿Cuál de los tres productos os ha llamado más la atención? ¿Sabíais de la existencia del árbol Ginkgo Biloba?

Muchísimas gracias por haber pasado por aquí un día más, nos leemos muy pronto.

Os deseo un feliz fin de semana, ¡disfrutadlo! <3

(*) Producto enviado por la marca/empresa