¡Buenas tardes!

Este primer sábado de agosto, mientras muchos de vosotros huís de la ciudad a la costa, yo quiero contaros qué tal fueron mis mini-vacaciones en La Manga del Mar Menor hace apenas una semana. No como si se tratara de un diario, mi idea es contaros a grandes rasgos cómo escogimos hotel, dónde estuvimos y qué sitios merece la pena visitar y dónde es buena idea deleitar el paladar.

Ojalá os sirva de ayuda para los hayáis elegido este lugar. A los demás sólo les deseo que pasen un buen rato leyendo mis peripecias y viendo algunas fotos de aquellos días.

¡Empezamos!

Es el primer año que Ángel y yo nos vamos juntos y solos de vacaciones a la playa. Los dos primeros años no disponíamos de medios suficientes, el tercero fuimos con sus padres y los dos siguientes fue imposible por varias razones. Pero siempre hay una primera vez y le ha tocado a este 2014 :)

Teníamos claro que queríamos ir otra vez a La Manga, como en 2011. Ha sido el lugar de veraneo de Ángel y su familia durante más de 20 años y él le tiene un cariño especial. El primer año que fuimos yo no estaba muy ilusionada. Jamás había puesto un pie allí, pero “todo el mundo iba a La Manga“ y a me parecía el lugar con menos encanto del mundo. Y es cierto que no destaca por sus playas paradisiacas o su arquitectura, pero al final va a ser verdad que tiene encanto y una vez vas, sabes que no será la última. ¡Al menos en mi caso!

Elegimos el hotel a través del buscador Booking y en un par de clicks ya teníamos todo resuelto. Según nos comentó luego el recepcionista, es una herramienta muy buena para encontrar ofertas y habitaciones disponibles, pero hay que fijarse muy bien porque a veces damos por hecho cualquier cosa sin haber leído bien la letra pequeña. El elegido fue el Apartahotel Londres de tres estrellas. No es un sitio espectacular, pero es bastante agradable a la vista, está limpio y dispone de bastantes comodidades importantes: guardería para los más peques, gimnasio, Wifi gratis en las áreas comunes (y en algunas habitaciones, ¡nosotros tuvimos suerte!), en él se encuentra nuestro chiringuito favorito y, lo más importante, aceptan mascotas de cualquier tamaño.

Durante días barajamos la posibilidad de llevar con nosotros a Sr Croqueta. Cuando parecía que ya lo teníamos todo claro, surgía una nueva razón para cambiar de planes y así sucesivamente hasta el momento en el que cargamos las maletas en el coche y lo dejamos en La Mancha. La playa de La Manga no acepta perros y los bulldog ingleses son muy sensibles al calor. Nuestra veterinaria nos aconsejó no sacarlo de paseo en las horas de sol y, sinceramente, me parecía más cruel dejarlo solo en una habitación de hotel que para él iba a resultar extraña que a cargo de mi hermano, al cual adora.

Amo a mi perro por encima de todas las cosas, pero su físico no está preparado para dar largos paseos (independientemente de la estación del año) y es muy sensible y asustadizo. No habría estado ni un solo minuto tranquila en la playa pensando que Sr Croqueta podía estar muerto de miedo en algún rincón de la habitación por haber escuchado un ruido extraño, etc. Además, la eterna angustia de pensar que al llegar le habría dado un golpe de calor me habría dejado tiesa en la toalla. Literal. Soy así de loca con mi gordo.

Cada vez que veíamos a un perrito paseando con sus dueños Ángel y yo pensábamos que deberíamos haberlo llevado, etc., pero bien es cierto que no vimos a un solo bulldog inglés ni en La Manga, ni en Gandía (estuvimos el fin de semana anterior) y nos cruzamos con todo tipo de perritos: bullys franceses, sarpeis, pastores alemanes, chihuahuas, pomeranias, etc.

Todos los que tenemos mascotas somos conscientes de la responsabilidad que esto acarrea. Yo le doy gracias a mi hermano y a mi madre por haberse ocupado de él durante nuestra ausencia. También nuestra veterinaria se ha ofrecido para ser su niñera si alguna vez nos surgía algún compromiso y no teníamos con quién dejarlo. Con esto sólo quiero decir que siempre hay opciones infinitamente mejores que decir adiós a un amigo abandonándolo a su suerte en una carretera o en el campo. Y si no la hay: quédate en casa con él.

La habitación que nos tocó era bastante cómoda y amplia, aunque hay diferentes tipos (ver aquí) en los dos edificios que tiene el Apartahotel Londres. Nada más entrar hay una cocina pequeña pero socorrida, un fregador y muebles para guardar todo el menaje que vayamos a utilizar. El frigorífico es mini, con un apartado que hace las veces de congelador.

En líneas generales, para lo que teníamos planeado hacer (pasar todo el día fuera exprimiendo el tiempo al máximo) era más que suficiente. Los únicos puntos que destacaría negativamente son:
– La ducha: Era extraña. La mampara no la cerraba por completo y para arreglarlo había un trozo de cortina. Por supuesto, una cortina en una ducha que está al nivel del suelo no impide que el agua se salga y empape todo lo que hay alrededor. Este aspecto me pareció una completa chapuza.
– El televisor: Ni siquiera la encencimos, pero estaba puesta encima de una de las encimeras de la cocina y si hubiéramos querido cocinar lo hubiéramos tenido bastante crudo. Y si en lugar de cocinar, nos hubiera apetecido ver la tele, tampoco habría sido muy cómodo porque no estaba bien ubicada respecto a la cama.

Por lo demás, todos los empleados eran educadísimos, especialmente los recepcionistas.

Nuestra reserva no incluía ninguna de las tres comidas, así que nos levantábamos relativamente temprano para desayunar fuera (nos encanta) e irnos directamente a la playa después.

El primer día lo hicimos en un bar que hay en primera línea de playa del Mar Menor, Café Bar Puerto Rico. Si estuviera en el interior de la península lo describiría como el típico bar de carretera, no es nada atractivo estéticamente pero el café y las tostadas están muy buenos. Ángel lo conocía y no iba a permitir que mis prejuicios nos impidieran desayunar como marqueses la primera mañana que pasamos allí. Todo nos costó 7€.

El segundo día cambiamos y le dimos la oportunidad a un sitio nuevo para los dos, Café Celdrán. Tanto el café, como las tostadas estaban muy ricas también y el zumo de naranja… Yummy! Con menos pulpa que el del día anterior (demasiada) y delicioso. Aquí desayunamos los dos por 5,20€ (una tostada menos por cabeza).

El domingo, cuando tocaba volver, hicimos limpieza de lo que habíamos comprado “por si se nos antojaba” y dimos buena cuenta de donuts y cafés fresquitos de Kaiku. Nunca los había probado, pero los vi en un Spar que había cerquísima y compré por probar. Elegí cappuccino y no me defraudó :)~~

Las comidas iban a ser de forma obligatoria en el chiringuito del Apartahotel Londres. Hacen un arroz que en 2011 me conquistó por completo y que durante estos años he recordado en más de una ocasión. La paella está riquísima y el arroz de caldero (negro y con alioli) es brutal. Puedes tomar una cerveza/refresco en su terraza por 2€ + tapa de arroz o encargar raciones. Como la cosa vuela en cuestión de segundos, Ángel las reservaba antes de las 13:00h y cuando nos apetecía comer las recogía para saborearla sentados en nuestra toalla al lado del mar. Una sola ración cuesta 5€ y es suficiente para que coman dos personas con hambre. El primer día nos cegó la gula y pedimos una cada uno… Ambos somos de buen comer, pero se nos hizo cuesta arriba y fuimos incapaces de acabarlas. Al estar tan cerca de la playa, los refrescos los compramos en el súper y los sacábamos del frigo al mismo tiempo que recogíamos el arroz. Un plan low-cost la mar de tentador :P

Para cenar no repetimos ningún día y si os tengo que recomendar algún sitio es, sin duda, la Pizzería Mamma Bohemia. Está en la Plaza Bohemia (Urbanización Calnegre 7) y lo descubrí poniendo en Google: “mejor pizzería de La Manga”. Era sábado y el cuerpo no perdona… Necesitábamos un poquito de comida italiana para no perder la costumbre y disfrutamos como enanos con sus entrantes y el plato principal. Pedimos pan de ajo con mozzarella y queso (DELICIOSO) y Bruschetta Mediterránea (OMG!). Del primero venían 4 raciones y del segundo 6. Con esto podríamos haber cenado casi a la perfección, pero no pudimos resistirnos a pedirnos cada uno una pizza… Él eligió La Murciana y yo una margarita. En total, con los refrescos (2 Coca-Colas Light y una cerveza), salió por unos 27€. 100% recomendado. Yo reservé mesa online unas horas antes, ¡se pone hasta arriba!

Sin embargo, el día anterior cenamos en el bar de La Góndola (al lado de nuestro hotel) y tanto como el servicio (lento y poco amable) como la comida (los peores calamares rebozados de la historia) dejaron bastante que desear.

El primer día, el jueves, cometimos el error de pedir un helado antes de cenar y las dimensiones (descomunales) nos dejaron con ganas de salir rodando de allí sin mirar atrás. La heladería es Ramon Sirvent y la presentación es bastante llamativa. Cometimos al imprudencia de pedir dos tarrinas medianas sin saber que las iban a llenar a presión, con colmo y las iban a decorar con chocolatinas, gominolas y tres barquillos multicolor. Cuando vimos el par de mastodontes que teníamos que llevar a la mesa nos quedamos así O_O

Aunque el mío (tarta de queso) estaba rico, era más la estética que otra cosa. He comido helados mucho más ricos y menos pomposos, por ejemplo en Gandía.

Más o menos ya os habréis hecho una idea de nuestro planning: madrugar, desayunar bien, ir a la playa y comer allí. Después volvíamos al Apartahotel y nos duchábamos para aprovechar la tarde visitando algunos lugares atractivos de La Manga y sus alrededores. El viernes fuimos a ver el Faro de Cabo de Palos y nos gustó muchísimo. Es bastante impresionante al verlo de cerca y las vistas son magníficas.

El sábado le tocó el turno al propio Faro de La Manga y, aunque menos majestuoso por altura, inspiraba mucha paz estar allí. No ofrece vistas desde las alturas, pero puedes acceder con bastante facilidad a las calas que hay alrededor y pescar (a quien le guste) :)

Cuando volvíamos de nuestras mini-excursiones nos poníamos guapos y salíamos a los sitios más típicos que hay: la Plaza Bohemia y el Zoco.

La Plaza Bohemia tiene muchísimo ambiente por la noche. Hay puestos artesanales muy interesantes a los que merece la pena dedicar un buen rato. Siempre hay accesorios muy originales hechos con buenos materiales. En 2011 Ángel me regaló una pulsera de corazones hechos con coral rojo del Pacífico y esta vez me enamoré de una caracola pulida y montada en plata en el mismo puesto. Me parece una pieza súper especial a la que sólo hace falta encontrarle un cordón de plata que me guste tanto como ella.

También renové mi cartera por otra de piel azul con un búho muy simpático dibujado y aumenté mi colección de bolsos (minúscula) con uno rosa palo, también de piel.

Y, bueno, para mí no es verano hasta que me compro una tobillera :)

En el Zoco hay muchísimas tiendas abiertas hasta altas horas de la noche en las que puedes encontrar casi cualquier cosa. Hay decoración, joyería, accesorios, velas, tés, ferreterías, tiendas de regalos, zapaterías y un largo etc. Esta vez me contuve y sólo compré un sombrero muy sencillo. Tengo la cabeza pequeñita y me cuesta horrores encontrar un sombrero que no me llegue a la nariz, así que cuando me probé éste no pude más que exclamar ¡EURECA! e ir corriendo con él apretado contra el pecho hasta la caja.

En el Zoco también hay sitios donde cenar, comerse un buen helado o tomarse unas copas; aunque este año no nos dejamos caer por ninguno.

Llegamos el jueves 24 por la tarde y el domingo sobre las 12:00 decidimos volver porque Sr Croqueta se había declarado en huelga de hambre desde que nos marchamos. Lo primero es lo primero y aunque podríamos haber pasado un día más en la playa, tampoco nos iba la vida en ello.

Como veis, fui poquito tiempo y a mí se me pasó volando. Para ya sabéis lo que dicen: lo bueno si es breve, dos veces bueno. Aunque yo discrepo… :)

Por último me gustaría haceros una última recomendación para vuestras vacaciones y en este caso tanto da el lugar al que vayáis. Se trata de un libro: ‘Orgullo y Prejuicio’. Leí esta novela de Jane Austen en mi adolescencia y este verano buscando en Amazon con qué sobrecargar el ebook me topé con un montón de clásicos al suculento precio de 0,00€. Entre ellos se encontraban las obras de Austen y no lo dudé. Si no habéis leído ‘Orgullo y Prejuicio’, ¿a qué estáis esperando? Es una novela fantástica que atrapa desde la primera palabra y no te suelta ni siquiera cuando has llegado al final. Y si la habéis leído, ¿qué hay mejor que releer un buen libro? Yo lo he disfrutado muchísimo más esta vez. Sus historias están plagadas de un sentido del humor e ironía muy finos. Creo que tanto la novela como la autora no necesitan muchas presentaciones, así que me ahorraré cualquier intento de sinopsis :) Ahora mismo estoy viendo la mini-serie de la BBC de 1995 desde aquí. ¡Ya me diréis qué os ha parecido o qué os parece!

Espero que os haya gustado el post y que me contéis lo que os ha parecido en comentarios o a través de las redes sociales: Twitter, Facebook, Instagram o Google+.

¿A dónde habéis ido/iréis este año de vacaciones?
¿Conocéis La Manga?
¿Hemos estado en los mismos lugares?
¿Qué otros sitios me recomendáis?

Muchas gracias por leer, comentar y compartir un sábado más.

Nos leemos el lunes, ¡feliz fin de semana!