Hace más de un año que ‘El Búnker de Noé’ cayó en mis manos. Por entonces, yo colaboraba con una revista literaria reseñando, en su mayoría, novelas históricas y pasó un buen tiempo hasta que pude ponerme con él. Recuerdo con especial cariño el momento en el que comencé a leerlo porque fue en un viaje en coche con una persona muy especial que, desgraciadamente, nos dejó poco tiempo después.
Era el mes de junio y teníamos varios viajes cortitos pendientes para ver las actuaciones de fin de curso de mis sobrinos. Contando con el desplazamiento y las diferentes esperas, tenía tiempo libre más que suficiente para llevar algún libro en el bolso. Aunque aún no estoy 100% adaptada a los ebooks, coger el Kindle me parecía mucho más cómodo para transportar y llevar encima que las ediciones en papel.
Así fue como conocí a León Poiccard y comencé mi camino hacia El Búnker.
¿Me acompañáis?